San José, Costa Rica
Se iluminaba el espacio cuando entrabas por la puerta de mi Restaurante, con la mano metida en el bolsillo del pantalón, tus tenis blancas y una sonrisa de niño: ¡Hola prima!,
y el día dejaba de ser aburrido. En mi pequeña casa de entonces, la casita de muñecas como la llamábamos, en las escaleras, nos recibía tintineando el móvil de campanitas en forma de espiral que me habías regalado para navidades, al decir las 3 , cerveza en mano nos sentábamos en la única habitación de mi casa, -mi cuarto- a ver Los Simpson, -nos encantaba el humor negro de la serie,-como si fuésemos chicos, nos reíamos a carcajadas hasta que nos salían las lagrimas y nos daba dolor de estomago por reírnos tanto , llegaba el fin de la serie y otra cerveza para comentar un poco los acontecimientos políticos de Centroamérica,- ya había pasado la revolución Nicaragüense, y estaban los proceso de paz en centroamericana herida-, la Centroamérica que vos habías vivido y conocido mas que muchos que nacimos en ella.- al caer la noche te despedías dejando mi casa iluminada, plena de bondad y alegría.
Nuestra vida es una historia de vida, la casa de los padres en la que compartimos todos adolescentes aún, los paseos a San Carlos, los almuerzos en familia las idas a la playa.. Cuando llegaste, aun con tu piel muy blanca y sin entender que el sol del caribe SI quemaba; insistías en tirarte en la arena como lagarto, para levantarte rojo, rojo cual camarón rostisado. Había que cubrirte de crema “Nívea” para calmar las ampollas , pero nunca te quejaste porque querías agarrar color moreno, costara lo que costara. Pero tu piel se fue acostumbrando, tu español se hizo cada vez mas comprensible incorporando el “pura vida” y mezclándolo con el pasar de los años con el “chévere”, y otros usos salvadoreños , guatemaltecos, colombianos, que fuiste aprendiendo con los años de permanencia en estas tierras y los amigos que ibas dejando a tu paso. Llegaste a nuestra vida como el primo que vivía en Boston y te convertiste en el hermano que compartió las alegrías y las penas, no dudaste en tomar un avión para estar en casa cuando papa murió, y nunca dejaste de llamar a casa cuando te encontrabas lejos, estuviste siempre pendiente de nosotros, aquí con nosotros.Ahora todos mas viejos ya , cuando nos juntábamos , nos reíamos de las anécdotas, hablábamos del futuro, de los lugares exóticos y comidas exóticas que habías conocido en tus interminables viajes y prioritariamente hablábamos de los amores de tu vida , Eliza, Robert y Yesi tu compañera, tu amiga. tu soporte, a veces, a hurtadillas, nos mofábamos de nuestros otros hermanos urdiendo planes para darles “Patadas en el trasero” para que hicieran lo que nos parecía correcto a ambos …vivir, vivir sin tantas complicaciones..y, nuevamente en una complicidad adolescente reíamos a carcajadas hasta que nos salían las lagrimas.
Nunca dejaste de interesarte por todo lo que pasaba en el mundo, por la gente que lo habitaba, por los conflictos políticos, por la miseria y la injusticia, los que tuvimos la suerte de conocerte y compartir con vos , jamás podremos olvidarte, tu calidad como ser humano era excepcional, y a los seres excepcionales que nos dan su amor solo nos queda agradecerles y agradecer a la vida por haberlos tenido cerca . Gracias Kenny por permitirnos ser parte de tu vida, por enriquecer nuestras vida con tu bondad y ternura, con tu inteligencia y sencillez . Entraste dulce en nuestros corazones para no abandonarlos jamás.
Te amaremos siempre , tu sonrisa hará resplandecer los días cuando estos no sean claros.Tu generosidad y dulzura , tu gran sensibilidad, es tu legado , -que mas podemos pedir?
Que mas podemos pedir los seres humanos ,que una vida vivida dando tanto amor como el que vos diste?
Tu vida fue plena y llena de aventuras.
Tu paso por esta vida lo celebramos hoy, cantado a coro junto a la naturaleza que tanto te gustaba.,
Descansa en paz mi adorado Kenny ; que canten ahora los coros de otros mundos porque has llegado a iluminarlos con tu presencia.
“Cocedme, Dios Mío, serenidad para aceptar las cosas que no se pueden cambiar, valor para cambiar lo que puedo cambiar y sabiduría para conocer la diferencia”.
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Me encantó el relato. Más simple no pudo ser, más hermoso no puede ser tampoco. Yo hubiera querido tener un Kenny en mi vida que iluminara mis días grises de luz, color, aroma y sonido.
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